La primavera ha venido y, contrariamente a lo que decía el poeta, sí sabemos cómo ha sido. Se ha hecho de rogar...pero ha venido.
Lo noté por la mañana temprano cuando partí en busca de una ambrosía para el desayuno dominical. Sentí esa brisa fresca tan agradable que jalona las mañanas de los días calurosos.
Pero lo noté sobre todo en la pista de padel pocas horas más tarde. El calor intenso, el sol brillante, el sofoco...y la piel ardiendo en medio de la lucha. Podría considerarse desagradable pero no lo es. En esa extraña épica del esfuerzo que es el deporte, el calor, el sudor, la fatiga son en el fondo alicientes, motivos para un doméstico y secreto orgullo cuando la batalla finaliza y se ha superado la prueba.
He finalizado el partido achicharrado...pero contento. Que vengan más días como éste.
Mundo Azul
Book trailer de "Sombra de mi sombra"
Hace 1 mes