Madrid. Mañana. Hora punta.
Una corriente arrastra ríos de automóviles que trasportan ausencias, nostalgias de calor y blandura, añoranzas de cama y de paz, con destino al vértigo, a promesas de esfuerzos y sinsabores, de malhumores y cansancios. Me encuentro al volante de mi coche, envuelto en mi propia ausencia, apurando los últimos instantes de ensimismamiento antes de la vorágine. La corriente se arrastra ahora perezosa, las arterias se obstruyen, la sangre no fluye...atasco.
Y en ese momento apareces tú. Tras ese instante que nos lleva comprender lo inesperado, te veo aparecer entre los coches que se encuentran unos metros más adelante. Trotas, despistado, entre los vehículos. ¿ Qué haces tú aquí, perro despistado ? Llevas collar. Tienes o tuviste un dueño, tienes o tuviste tu propio refugio de calor y blandura, tu propia cama y tu propia paz, que, sin duda, buscas entre esta confusión hostil de asfalto, metales y gomas. Tienes o tuviste dueño, pero te has perdido...o algo peor.
Y persigues reencontrarte con tu refugio, persigues que tu vida se ponga en orden de nuevo. Te mueves entre la corriente hostil, mal guiado esta vez por tu instinto, o engañado por la creciente angustia que adivino en tí. Sin precauciones. Sin comprender bien lo que haces, desafiante en tu ignorancia, osado en tu confusión, temerario en tu desamparo.
¿ Qué haces tú aquí, perro despistado ? ¿ No comprendes que tu vida aquí no vale más que un horario cumplido, que un jefe satisfecho o que una reunión de negocios ? ¿ No comprendes que esta corriente de metales y gomas es peligrosa ? ¿ No sabes que cuando se diluya el atasco el caudal de metales será tu peor enemigo ?
¡Aléjate ! ¡ Busca la protección de los arcenes ! ¡ No se te ocurra cruzar por el centro de la calzada ! ¡ Aléjate ! ¿ No me oyes ?... No, no me oyes, quizá no te lo haya dicho...quizá sólo lo haya pensado...
Te alejas trotando confuso...no me haces caso. Te observo unos instantes por el retrovisor...después dejo de verte. La corriente metálica avanza perezosa. No te veo...
Madrid. Noche.
Me acuerdo de ti, perro despistado. No lo sabes, pero mañana es nuestra fiesta de todos los santos. Mal presagio. ¿ Conseguiste tu objetivo ? Algo me dice que no...Sé que no eres santo...pero sí inocente...Me acuerdo de tí perro despistado...
Madrid.
Noche.
Mundo Azul
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