Disfruto mucho, sí pero... ¿ he dicho bajo riesgo ? Mi cuerpo parece no estar muy de acuerdo y empieza a negarse a acompañarme en el goce. Quizá por un exceso de entusiasmo en el esfuerzo, o quizá por un exceso de años que, digan lo que digan, pesan tanto o más que los kilos, el caso es que acumulo dolores, cardenales, rasguños, pequeñas lesiones. Me duele el hombro por intentar hacer un derroche en algunos mates; me duelen la cadera y la muñeca por un par de caídas casi consecutivas; tengo un tirón en el muslo por intentar una volea imposible...
He vuelto al padel.
¡Ay! ¡Cómo disfruto !
Mundo Azul