domingo, junio 28, 2009

Top ten

¡ Quién me lo iba a decir a estas alturas ! Pero si, ayer las volví a ver. Eran las deportivas de lujo cuando yo era un adolescente, el sueño de todo jugador imberbe de baloncesto. Nada más y nada menos que las "Adidas Top Ten". No hacía tanto que España se había incorporado a la modernidad, a Europa, al mundo del progreso. Y no hacía tanto que las únicas deportivas que estaban a nuestro alcance eran las Wamba de tela. Y más adelante, las John Smith, no mucho mejores. Enonces no habíamos oído hablar de Reebok ni de Nike y apenas existían zapatillas con el talón alto. Hasta que Adidas lanzó sus modelos en piel: la versión tope de gama eran las "top ten" y, un poco más modestas, aunque muy parecidas, las "Adidas Europa". Tuve varios pares del modelo "Europa"...y creo que ninguno "Top ten". Las Europa eran muy, muy dignas, y, las "top ten",quizá, eran demasiado "top"...

Han pasado los años y ya nos parece normal disponer de una amplia gama de deportivas con todo tipo de lujos, detalles, diseños, comodidades, excentricidades... Ya casi había olvidado este mítico modelo aunque, estoy seguro de haberle hablado no hace tanto a mi hija de estas dos zapatillas.

Y ayer, paseando por una céntrica calle madrileña, entro distraídamente en una tienda deportiva de Adidas. Y me llama la atención un modelo. Lo cojo, lo miro. Si, son ellas, no lo puedo creer: ¡unas "top ten"! ¡ a estas alturas ! Y para que no queden dudas, en la lengueta el nombre del mito... y en los cordones la leyenda "30 years".

Han vuelto, havuelto la leyenda, ha vuelto el mito, han vuelto las "top ten". Las miro con deseo y me pregunto si sería una locura, si será una tontería, a estas alturas hacerme, por fin, con unas "top ten".

Mundo Azul

Explosión de luz y color

No voy a descubrir ahora a Joaquín Sorolla, el insigne pintor valenciano. No lo voy a descubrir ahora...pero tengo la sensación de haberlo descubierto ayer... Y es que ayer me acerqué a la exposición que sobre él se está realizando en el Museo del Prado y he quedado encantado, sorprendido, impresionado. Por supuesto que ya había visto alguna de sus pinturas en mis libros de texto de juventud, en folletos, en láminas, en otros libros...y he de decir que me gustaba, que es uno de los pintores que realmente siempre me ha agradado... pero no tiene nada que ver con el efecto de contemplar sus obras a unos pocos metros, a uno solo...

No tengo palabras para describir la belleza que en esos lienzos se encierra, la fuerza de los colores, la viveza de las escenas y, sobre todo, la luz. Esa luz brillante, alegre, que inunda casi todos los cuadros de este pintor. Luz desbordante, luz amable, luz cantarina, luz que se deshace en juegos de brillos y sombras con alardes de técnica tan impresionantes el que se muestra en esa vela que está siendo recosida por un grupo de mujeres.

¿ Y qué decir de esa serie de paneles preparados para la Hispanic Society of America, ese colorido panorama de la España de siempre ?. Impresionante en su tamaño y en su colorido 'La fiesta del pan' dedicada a Castilla, excelentes 'La pesca del atún' o las estampas de Sevilla...y cómo supo captar los matices del verde de mi tierra y... y tantas otras imágenes...

No voy a descubir ahora a Joaquín Sorolla. Lo descubrí ayer. Y no puedo, ni quiero, apartar de mi retina y de mi mente, esa explosión de luz y color.

Mundo Azul

miércoles, junio 17, 2009

Las expectativas y la felicidad

Leo en el libro 'De ti depende' de Ignacio Álvarez de Mon, hablando a propósito de la motivación en las empresas, la siguiente afirmación:

"Aspiraciones elevadas, expectativas modestas y necesidades cortas, esa es, según muchos, la combinación perfecta para la felicidad personal."

...y no puedo estar más de acuerdo y no deja de sorprenderme cómo ha expresado, casi literalmente, una "receta de la felicidad" que hace años llevo en mi mente y que, en mi versión personal, algo más compacta, reza así:

"Aspira a mucho...y confórmate con poco".

Las aspiraciones, las expectattivas, te movilizan, te impulsan, te dan una razón, un sentido, te ponen en marcha...y eso es parte de la felicidad. Pero la conformidad con lo simple, con lo cercano, te ayuda a valorar lo que tienes y a aceptar tranquilamente las decepciones que pueden llegar...y que, sin duda, llegan.

Seguro que existen otras recetas...pero esta es digna de un 'gourmet'...

Mundo Azul

viernes, junio 12, 2009

¡ Qué bonita es la inteligencia !

Que no os despiste el título de este artículo. No voy a hablar de ciencia o tecnología, no voy a hablar de filosofía o de literatura. No. Voy a hablar de inteligencia, si, pero voy también a hablar de deportes, voy a hablar de baloncesto y, sobre todo, voy a hablar de Pau Gasol.

Si algo es admirable de Pau Gasol no es su altura, no son sus fundamentos o su fenomenal juego de piernas, no son sus alley-oop o su versatilidad que le permite jugar de alero, pivot o ala-pivot según se necesite. Todo eso es increible y le convierten en un fantástico jugador pero, si algo le distingue, creo, es su capacidad para jugar en equipo, para hacer jugar al equipo...y su inteligencia en la pista.

Hasta hoy no lo había visto...no de la forma en que hoy lo he podido observar. Me refiero a la jugada decisiva en la prórroga del segundo partido entre los Lakers y los los Magic en las finales de la NBA. Fijáos en el siguiente vídeo. Es un poco largo pero observad bien la jugada. Aparece por primera vez en el minuto 4 y diez segundos. Pero lo bueno es la repetición en el minuto 5.



Cuando ves la jugada en la perspectiva 'normal' ves, simplemente, una buena jugada, un bloqueo y continuación que acaba con un dos más uno para Gasol. Buena jugada. Decisiva, de hecho.

Pero ¿ Os habéis fijado en la repetición, vista desde la espalda de Kobe Bryant ?. Kobe bota e intenta decidir qué hacer. Turkoglu, que le defiende, fija la posición de Gasol con un ligero toque en su barriga y, al fondo, la silueta amenazante de Dwight Howard que, seguramente, bloquearía o taponaría un eventual reverso de Pau a pase de Bryant. Gasol, comprende perfectamente la situación y con un gesto, le marca a Kobe la jugada, le indica la solución. "Ve por tu derecha", parece decirle. Y eso es lo que hace Kobe. Mientras tanto, y de forma perfectamente sincronizada, Pau cambia la posición y Turkoglu no se da cuenta de que Pau ya no está a su derecha sino a su izquierda...haciéndole un bloqueo por el que sale Kobe Bryant. Bryant se atrae a Turkoglu y devuelve a Gasol...que anota y recibe falta.

¿ Cómo decía 'el torero' ? En dos palabras: im-presionante.

¿ Qué puedo decir ? Puedo unirme a Kobe Bryant que señalando a Gasol parece decirle, como en aquella película: "Tú, tú...si, tú, tú eres muuuyy bueeeeno". Puedo exclamar, admirado, qué grande es Gasol o puedo decir que así se juega al baloncesto...y todo eso me lo inspira esta jugada.

Pero más incluso que eso, prefiero hacer un canto a la inteligencia, la inteligencia de un jugador enorme como es Pau Gasol y la inteligencia en general. El baloncesto es un deporte de una gran plasticidad y son espectaculares los mates, los triples, los contraataques. Todo eso es hermoso. Pero una demostración de inteligencia y de saber hacer, como la de Pau en esta jugada, es tanto o más bella que la más espectacular de las acciones y, seguramente, mucho más digna de admiración.

Así que, mi reflexión es esta: en el baloncesto, en el trabajo, en las letras, en las ciencias...en la vida... ¡ Qué bonita es la inteligencia !

Mundo Azul

sábado, junio 06, 2009

Alegrías que da Internet

Hay ocasiones en que un webmaster o un blogger, al menos el que suscribe, se pregunta qué sentido tiene dedicar tiempo y esfuerzo a seguir creando contenidos, a publicar nuevos artículos o microtextos, a actualizar la página web. Pasan días y semanas en que uno tiene la sensación de que las pocas personas que visitan la página o el blog lo hacen de manera casual, sin prestar mucha atención a lo publicado y sin que eso genere visitantes fieles o, al menos, opiniones o debates interesantes.

Sin embargo, aparte del motor íntimo de la motivación, también existen ocasiones en que Internet nos hace pequeños regalos, momentos de satisfacción que compensan el esfuerzo y le dan sentido.

La semana que termina, se acumularon, de manera fortuita, varios de estos acontecimientos. Así, y por segunda vez (y espero que no última), alguien decidió publicar uno de los post de mi blog de literatura y humanidades, El cielo del gavilán, en el agregador de noticias Menéame, donde recibió algunos 'meneos' adicionales y un comentario. Poca cosa comparada con los blogs más populares, pero una alegría, al fin y al cabo.

Al día siguiente, creo, recibí un comentario de una niña, en dos de mis cuentos infantiles publicados en Mundo Azul. Me sorprendió y me alegró mucho ver que una niña leía mis textos, que decía que le gustaban y que se decidía a poner comentarios. Siempre parece especialmente difícil llegar al público infantil y mi página no parece, en principio, especialmente atractiva para los más jóvenes. Y esto multiplica la satisfacción experimentada.

Y, finalmente, una persona desde Argentina, creo que el mismo día, llegó, supongo que a través de un buscador, a uno de mis microensayos de Mundo Azul y me sorprendió con la pregunta de quién era el autor, pues le interesa el razonamiento del artículo para publicarlo en un libro que está preparando.

Poca gente accede a mis contenidos en Internet, pero parece que de vez en cuando esos contenidos interesan y, en esta semana, a personas con inquietudes, edades y procedencias bien diferentes. Me he sentido contento, satifecho, casi orgulloso.

Internet, de vez en cuando, te da estas pequeñas alegrías.

Mundo Azul