Cada vez estoy más convencido de que la publicidad progresa a pasos agigantados hacia algo más que una actividad con fines mercantiles. Ese es su fin, sin duda, pero en la persecución de su objetivo, alcanza unas cotas cada vez más altas de ingenio, de plasticidad, de malicia a veces, de mérito, en cualquier caso. Tengo la sensación de que la publicidad se hace acreedora, en algunos casos, al apelativo de arte o, al menos, de genialidad. Hay anuncios mediocres y hay anuncios vulgares, por supuesto, pero cada vez abundan más los anuncios que te hacen reír, que te hacen pensar, que te hacen sentir, que derrochan talento, que apuntan al centro de nuestros corazones.
Recientemente, una conocida firma de ropa y complementos deportivos ha lanzado en España un campaña que considero brillante, certera, que roza la genialidad...Y que apunta a lo más hondo del sentir español y de las ansias individuales de logro y realización.
Una serie de vídeos nos muestran a grandes figuras del deporte, Gasol, Nadal, Ronaldinho, deleitándonos con sus extraordinarias habilidades, haciendo gala de destreza, de fuerza, de garra, de orgullo. Y cuando acaban su demostración, se vuelven y miran muy serios a la cámara, levantan el brazo y te señalan a ti directamente, espectador, y gritan: ¡ Tú !. Es una invitación y un reto, es un apelar a tu talento y a tu orgullo, a que demuestres lo que vales, a que luches, a que te superes.
Pero si esos anuncios son buenos, lo que ya resulta excepcional son una serie de carteles publicitarios con unos dibujos de fondo que representan en unos casos a Rafael Nadal y, en otros, a Pau Gasol flanqueado por el resto de la selección española de baloncesto, en ambos casos esbozando un gesto fiero y señalando al lector en un 'Tú' implícito. Y lo mejor, el lema que lo acompaña: 'Ser español ya no es una excusa, es una responsabilidad'.
¡ Cómo puede un lema publicitario captar tan certeramente el inconsciente colectivo de un país ! ¡ Cómo puede estimular sus más hondos anhelos individuales y colectivos !
Recuerdo que cuando era niño, los deportistas españoles apenas alcanzaban éxitos aislados y siempre apelando más a la furia que al verdadero talento o profesionalidad. Recuerdo lo contentos que nos poníamos cuando Mariano Haro, lograba quedar ¡ cuarto ! en unas olimpiadas y obtener un diploma olímpico. Algo parecido reflejaba en su primer capítulo el nostálgico programa 'Cuéntame cómo pasó'. En ese primer capítulo se recordaba, entre otras cosas, la victoria de Massiel en Eurovisión en 1968 y la revolución que eso supuso en la España de entonces. El capítulo terminaba con una voz en off que decía algo así como: 'Hoy puede parecer exagerado y absurdo montar tanto lío por ganar Eurovisión, pero es que, en 1968, ganar, ganar, lo que se dice ganar, ganábamos muy poquitas cosas'.
Y ese espíritu ha calado hondo en la cultura del español. Un español que se siente acomplejado ante lo extranjero, que casi rogó a Europa que le admitiese entre sus miembros, que se avergüenza con frecuencia de su identidad y su historia, que parece incapaz de perseguir con orgullo un proyecto común, una ambición, un éxito.
España ha cambiado mucho desde 1968: ya es plenamente aceptada en Europa, se encuentra entre las diez primeras potencias industriales del mundo, ha sido capaz de organizar una Olimpiadas, algunas de sus empresas están entre las mayores del mundo y hemos alcanzado un desarrollo que ya atrae a tierras españolas a cientos de miles de inmigrantes en busca de una vida mejor.
Y, sin embargo, parece que hemos perdido nuestros sueños, parece que nos sigue atenazando la sombra del miedo y el sentimiento de inferioridad, parece que nos seguimos sintiendo avergonzados de ser lo que somos, seguimos siendo un país acomplejado y desunido que parece que sólo es capaz de sentir la unidad, la rabia y el orgullo con los adelantamientos de Alonso, con las voleas de Nadal o con los mates de Gasol.
Quizá deberíamos creernos un poco el lema publicitario; quizá deberíamos responder al dedo de nuestros ídolos que nos apuntan imperiosos. Quizá deberíamos levantarnos con orgullo y responsabilidad y tomar las riendas de nuestro futuro individual y colectivo, sin complejos ni miedos, y sí con orgullo y responsabilidad.
¡ Tú !
Mundo Azul
Book trailer de "Sombra de mi sombra"
Hace 3 meses
2 comentarios:
Wow este blog me gusto mucho. Como me gustaria ver a una Venezuela desarrollada y admirada en el mundo.
Pero como dice la cancion: "Pasaran mas de mil anhos y muchos mas..."
Felicidades Espana! Eso si no se pasen a Alemania! :0)
Gracias Winfried.
Venezuela creo que lo tiene un poco difícil por el momento.
En cuanto a Alemania, salvo en baloncesto, je,je, tenemos difícil sobrepasarla...todavía :-)
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