'Volverán las oscuras golondrinas' cantaba el poeta... 'volverán las oscuras golondrinas' cantaba...y queríamos creerle. Pero lo que pensábamos, el retorno que realmente deseábamos, no era el de aves melancólicas cuyo vuelo refrenado contrastara con la tristeza de un un amor perdido. Lo que pensábamos, lo que anhelábamos, es que volvieran los azules pajaritos que las manos de Alonso dibujaban al conseguir un gran premio.Y habíamos perdido la esperanza. Habíamos pensado que el poeta se equivocaba y que sólo a lomos de un negro caballito rampante, con amarillo escudo de armas sobre un fondo rojo rojísimo, podía hacer que nuestro héroe se reencontrase con la victoria y la gloria.
Pero si caprichosas son las suertes del amor, más aún lo son las del deporte y el automovilismo. Y cuando la desdicha y las averías, incluso el desánimo y la renuncia, parecían cebarse sobre nuestro caballero astur, héte aquí que en la cálida noche oriental surgió un 'safety car' y, en este caso, las lanzas se tornaron cañas, la carrera cambió su rumbo y las golondrinas despertaron.La suerte esquiva se torno complaciente y el Renault, antaño cansado y quejumbroso, rejuveneció en la noche de Singapur. Un poco de esfuerzo y un algo de talento completaron el poema.
Y así, en la primera carrera nocturna de la historia de la fórmula I, volvieron los azules pajaritos su vuelo en las manos de Alonso a volar.
Mundo Azul
Hace unos días que ha entrado el otoño. Pero esta web, Mundo Azul, ha estado viviendo todavía, en buena medida, de las experiencias del verano. Muchas de las fichas de libros que he publicado ultimamente se corresponde con libros leídos en el verano, o comenzados a leer, o siquiera adquiridos en la estación estival. Incluso algún vídeo o reportaje, como los dedicados al baloncesto olímpico, se han alimentado de las experiencias de esa época maravillosa de calor y holganza.
Pero el verano ha acabado ya definitivamente y, con la salida a la luz de la versión de este domingo 28 de Septiembre, que incluye los últimos comentarios sobre la final de baloncesto de Pekín 2008, he finalizado la publicación de todos los contenidos que, de una forma u otra, estaban ligados al verano. A partir de ahora comienza el verdadero otoño. Una nueva estación, una nueva temporada. Esperemos que sea fructífera.
Cae la noche en Madrid. Regreso del trabajo cansado, pensativo, ausente.
Lo que tengo en mis manos es poesía, un poema de amor mal tipografiado pero que no me parece carente de sentimiento y calidad. Quisiera leerlo despacio, saborearlo, e intentar apreciar si el texto que sostengo entre mis manos tiene algún valor literario. Pero las reglas del juego marcan otra cosa. El tren se acerca a la siguiente parada y el hombre de la barba entrecana ya se acerca hacia mí mientras recoge con mirada triste y agotada, los papelitos que ha entregado a otros pasajeros.
¿ Cuál es el valor del esfuerzo ? ¿ Cuál el del mérito o el talento ? ¿ Cuánto vale la lucha sin victoria ? ¿ Es cierto eso de que lo importante es sólo participar ?
Tal vez al final nos quedara una cierta tristeza, una congoja por no haber conseguido una proeza que en muchos momentos pareció posible. Tal vez haya sido una pena. 

