'Volverán las oscuras golondrinas' cantaba el poeta... 'volverán las oscuras golondrinas' cantaba...y queríamos creerle. Pero lo que pensábamos, el retorno que realmente deseábamos, no era el de aves melancólicas cuyo vuelo refrenado contrastara con la tristeza de un un amor perdido. Lo que pensábamos, lo que anhelábamos, es que volvieran los azules pajaritos que las manos de Alonso dibujaban al conseguir un gran premio.
Y habíamos perdido la esperanza. Habíamos pensado que el poeta se equivocaba y que sólo a lomos de un negro caballito rampante, con amarillo escudo de armas sobre un fondo rojo rojísimo, podía hacer que nuestro héroe se reencontrase con la victoria y la gloria.
Pero si caprichosas son las suertes del amor, más aún lo son las del deporte y el automovilismo. Y cuando la desdicha y las averías, incluso el desánimo y la renuncia, parecían cebarse sobre nuestro caballero astur, héte aquí que en la cálida noche oriental surgió un 'safety car' y, en este caso, las lanzas se tornaron cañas, la carrera cambió su rumbo y las golondrinas despertaron.
La suerte esquiva se torno complaciente y el Renault, antaño cansado y quejumbroso, rejuveneció en la noche de Singapur. Un poco de esfuerzo y un algo de talento completaron el poema.
Y así, en la primera carrera nocturna de la historia de la fórmula I, volvieron los azules pajaritos su vuelo en las manos de Alonso a volar.
Mundo Azul
Book trailer de "Sombra de mi sombra"
Hace 3 meses
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