Ha sido una semana movidita en mi pequeño rinconcito de la blogosfera, en esa mínima parte de la web 2.0 que recorro con frecuencia. Algún pequeño malentendido, algún ligero mal humor, algún mal sabor de boca. Nada, tampoco, de demasiada importancia.Sin embargo, esos pequeños tropiezos cibernéticos me hacen reflexionar una vez más sobre el significado y la utilización de la asertividad en este mundo de interconexión virtual, de los blogs, los foros y las redes sociales.
Los principios de la comunicación asertiva nos impulsan a expresar libremente nuestra opinión, a mantener nuestras posturas, a saber decir no, a saber, si se quiere, ser nosotros mismos y mantener nuestras opiniones y defender nuestros intereses. Y todo ello de una manera supuestamente madura y de alguna manera equidistante entre la agresividad y la pasividad.
Sin embargo, la valoración de lo que es agresivo o no, creo que se ve afectado por el medio que utilicemos. En foros y blogs se intercambian opiniones que, por su naturaleza escrita, tienden a ser más secas, más abruptas, que esas mismas opiniones expresadas verbalmente y cara a cara. Igualmente, la brevedad que exige el mundillo virtual, elimina muchas posibilidades de matización y suavización.
No creo que por ello debamos dejar de ser asertivos en Internet. Pienso que, simplemente, el punto en que la asertividad se encuentra entre agresividad y pasividad se debe desplazar ligeramente hacia el lado de la pasividad, entendiendo esto, no como verdadera pasividad, sino como mayor cortesía y cuidado de la expresión.
Así, en el lado del que escribe un artículo o expresa una opinión, la clave es la prudencia y el cuidado de la redacción de esa opinión evitando cualquier tipo de frase que pueda sonar, siquiera remotamente, a insulto, a descalificación, a menosprecio. Debe apostarse por la afabilidad y el respeto hacia los eventuales sentimientos de una comunidad de personas a las que puede que ni siquiera conozcamos.
En el lado del lector, del consumidor de artículos y opiniones, la virtud que debe cultivarse es la paciencia, la comprensión, casi, casi, la capacidad de perdón, el soportar sin alterarse y, sobre todo, sin respuestas agrias, las críticas y opiniones adversas.
Nada diferente, en fin, de lo que deberíamos aplicar en la comunicación asertiva en nuestra vida diaria, pero sí, quiza, acentuando la cortesía y la tolerancia.
Mundo Azul
Existen dos disciplinas, dos áreas de conocimiento que, aunque me interesan y me parecen importantes, me resisto a denominarlas como ciencias. Una de ellas es la psicología y la otra es...la economía.
Si la economía fuese una ciencia madura, se hubiera podido prever la actual crisis con bastante antelación. Cierto es que, antes de que empezásemos a sentir sus consecuencias, algunos ya apuntaban a que iba a suceder esta desaceleración, estos problemas económicos a nivel mundial. Pero no parece que esos avisos se hayan producido con la suficiente claridad, anticipación e irrefutabilidad que caracterizarían a la predicción de una ciencia madura.
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Ayer, por una extraña coincidencia que ahora no sé explicar, busqué a ABBA en Youtube. Y allí pude ver el vídeo de la interpretación de '
Y hoy ha vuelto el sonido de ABBA, como el aroma de Heno de Pravia, a llenar mi hogar. Hoy he recordado las viejas canciones casi olvidadas. He rememorado cuando esa música era realmente algo especial y he visto, con una sonrisa solapada, cómo empieza a significar algo parecido para mi hija, apenas una pre-adolescente.
Hace unos días estuve jugueteando un poco con LinkedIn, una red social de carácter eminentemente profesional. Me habían invitado a formar parte de la red de conexiones de una persona que conocía por motivo de mi trabajo. Acepté y me dediqué a curiosear por sus conexiones. Reconocí a muchas personas. Fue interesante. Pero lo que más me llamó la atención, lo que motiva esta entrada, fue otra cosa. Una de las personas, a la que conozco (¿conozco?) adjuntaba un enlace a su blog. No me detuve demasiado, pero si me resultó llamativo descubrir, a través de ese blog, algunas aficiones e inquietudes de una persona a la que trato con alguna frecuencia...pero a la que sin duda no conozco, no realmente.
Las redes sociales, lo que en el mundo Internet se conoce como redes sociales, reproducen muchos de los comportamientos de las redes sociales reales, las relaciones que se establecen entre personas. La tecnología nos facilita mucho el establecer contacto con gran cantidad de personas, generar una red que alcanza, fácilmente, a varios miles de contactos en solo uno o dos niveles de distancia. Son eso, contactos, punteros, pero ¿ son auténticas conexiones ?.
¿ Qué sabemos realmente de la persona con la que contactamos y que a veces se oculta tras un nick o un avatar ? ¿ Qué sabemos de sus circunstancias, de sus inquietudes, de sus aficiones, de sus problemas ? No es que la redes sociales sean malas, no es que la tecnología sea mala. Todo lo contrario. Lo que ocurre es que la relaciones humanas, incluso en el hiperconectado mundo de la web 2.0, siguen siendo complejas, y tras un contacto, tras un nick, se oculta, al igual que tras una tarjeta de visita o tras una entrevista, una persona, nada más y nada menos que una persona, uno de los mayores misterios conocidos ¿ o debiera decir desconocidos ?
Es la noticia de la semana: Barack Obama, el carismático Obama, el candidato que, seguramente, mejor encarnaba la esperanza de un cambio y de un futuro, ha sido elegido presidente de los Estados Unidos. Y ha caído derrotado John McCain, un candidato probablemente con más experiencia, pero también más gris.
Si nos guiamos por las apariencias, el pueblo norteamericano ha optado por la ilusión. Ha confiado en esa fresca imagen de renovación, de cambio y de fe que encarna Barack Obama y que tan bien expresa su afortunadísimo eslógan '

