Star Wars me ha acompañado durante casi toda mi vida.
Vi la primera e inolvidable película siendo aún niño, y la primera saga, la primera en el tiempo de la Tierra, que no en el de la galaxia lejana, muy lejana, me dejo apenas en los umbrales de la adolescencia.
La segunda trilogía, la primera en el tiempo galáctico, me acompaño en esa fase de la edad adulta en que todavía te consideras joven, en que, probablemente, aún lo eres...
La tercera trilogía se inicia cuando ya estoy obligado a considerarme una persona madura...al menos biológicamente.
Probablemente, solo seamos plenamente conscientes del paso del tiempo cuando algo nos hace volver la vista atrás, volver a vernos como éramos...o cómo era el mundo que nos rodeaba. Y en esos momentos, es muchas veces inevitable sentir nostalgia, nostalgia del mundo que se fue, nostalgia de las personas que éramos, nostalgia, sobre todo, de la juventud perdida...
Hace unos días asistí, como no podía ser de otra manera, al estreno de 'El despertar de la fuerza'. Una de las cosas que más me gustó de la película, no sé si porque es realmente un buen recurso, o porque resonaba especialmente con mi ánimo, ese reencontrar a los antiguos personajes, a Han Solo, a la princesa Leia y a Luke Skywalker, ya mayores, sin disimular el paso del tiempo, sin ocultar una arruga, más sabios y, quizá, más conscientes y menos heroicos...
Hoy, ha llegado a mi una colección de fotografías de George Lucas, Harrison Ford, Carrie Fisher, Mark Hamill, Sir Alec Guiness, Peter Cushing... director y actores de la primera película. Son fotografías distendidas, supongo que tomadas en descansos entre escena y escena del rodaje de aquella primera película, Se ve a los actores, alegres, bromeando, sonriendo... y jóvenes, muy jóvenes.
Me ha llamado especialmente la atención esta fotografía que se ve arriba, con Harrison Ford, Carrie Fisher y Mark Hamill bromeando alrededor de lo que parece ser una caja de bombones...
Y la mente se me ha ido a otra escena, esta de la última película, del 'El despertar de la fuerza', una escena que ya me sobrecogió al verla en el cine.
La escena en que Leia, una envejecida Leia, igual de decidida e indómita, pero mucho más serena, apoya su cabeza en el pecho de un Han Solo que la acoge cariñoso, lejos de las bravuconadas de la primera película.
Toda una metáfora del paso del tiempo, todo un monumento a la nostalgia...
Contemplo la saga galáctica y mi saga personal. Contemplo el paso del tiempo galáctico y el terrícola, el de la ficción y el de la realidad, contemplo las arrugas de los personajes y las mías propias...
¡Eramos tan jóvenes!
No puedo dejar de sentir nostalgia...
Parece como si, en efecto, nuestra juventud hubiera ocurrido hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana...
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