Our Lady of the Southern Cross. Paul Newton Saint Mary's Cathedral. Sydney |
La vida es cambio. No hay nada malo en ello. Es un hecho. Y probablemente sea positivo. Seguramente sea ese cambio lo que nos hace avanzar.
Algunos cambios provocan alegría, esperanza y expectativa. Otros, sin embargo, generan miedo o inquietud. Y aún otros tristezas y nostalgias.
En medio del cambio, la tradición, la costumbre, constituyen un punto de anclaje, una referencia, una seguridad, un apoyo al que recurrir para asegurarnos mientras el cambio nos arrastra.
En este final de 2017, en el inicio del 2018 que ya se vislumbra, me encuentro sumido y rodeado por la transición, por el cambio, el fin de una época a la que sucederá otra, quizá más dichosa, quizá más compleja, en cualquier caso diferente.
Afronto esa transición con serenidad pero siempre con ese regusto de inquietud que provoca la incertidumbre, el desvanecimiento de lo conocido y lo ya trazado.
Y en medio de esa transición, de esa leve inquietud, de ese soplo de incertidumbre, aparece un punto de referencia, un anclaje, una seguridad, quizá la tradición más cierta, el punto de anclaje más seguro.
Es Navidad.
Un remanso en medio del flujo. Un punto de equilibrio.
Serenidad.
Reflexión.
Equilibrio.
Paz.
Equilibrio.
Paz.
Equilibrio.
Paz.
...
Feliz Navidad.
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