Hace ya bastantes años, aprendí a amar el ciclismo, bien es verdad que más como espectador que como practicante. Mis recuerdos infantiles me llevan a imágenes en blanco y negro del dominador Eddy Merckx, del siempre desafortunado Luis Ocaña, del batallador José Manuel Fuente 'El Tarangu', recuerdos de gestas y batallas contra el coloso belga.Tampoco puedo olvidar aquella contrarreloj en que Greg Lemmond le arrebató a Laurent Fignon el Tour en los mismísimos Campos Elíseos, en el hogar del parisino.
Y el desembarco de la 'armada española', primero con aquel Perico Delgado espectacular en la montaña y defendiéndose como podía contra el crono...y la era del rey Induráin, un corredor de otra galaxia, un ciclista que por su frialdad, por su estilo metódico y por su apabullante dominio, simplemente, no parecía español, casi no parecía humano.
Y es que todos ellos, los que ganaban y los que se lo ponían difícil, eran como dioses. Seres que se enfrentaban a hazañas imposibles, que llevaban el cuerpo al límite de la resistencia, que sufrían, que se retorcían, que luchaban hasta la extenuación...y luego ganaban... o no. Pero siempre héroes, modernos dioses sobre ruedas.
Y con esos recuerdos, contemplo entristecido la situación actual de tan bello deporte, el contínuo espectáculo de denuncias de dopaje, de carreras que se ganan o pierden en los laboratorios y los despachos, de las enormes sombras de dudas sobre los corredores y los equipos, sobre el ciclismo en general.
Y es que los héroes y los dioses deben estar de capa caída, deben estar en su ocaso. No puedo imaginarme a Zeus tomando eritropoyetina antes de encerrar a los Titanes. No puedo pensar en Aquiles venciendo a Héctor ante las murallas de troya, no con el uso de su lanza, sino por descalificación de Héctor debido a ingestión de anabolizantes. No, los héroes y los dioses no funcionan así.
Esperemos un nuevo amanecer de los dioses.
Mundo Azul
¿ Cuál es el sentido de la escritura ? ¿ Cuál es el sentido de una página web personal ? ¿ Cuál el de un blog ?
Escribir esos pensamientos, esas ideas, esos sentimientos, es como sacar una redecilla y aprehender esa belleza voladora para mantenerla siempre a nuestro lado. Es hacer tangible y perdurable esa idea que pugna por escapar libre en el campo del olvido.
¡ Cómo he disfrutado hoy ! La verdad es que estaba últimamente deportivamente algo alicaído, viendo cómo 'el juguete' de los dos últimos años, mi paisano Alonso, no acababa de dominar el campeonato de este año de la misma forma que había hecho en los dos anteriores. Viendo como un indudablemente talentoso Hamilton le estaba 'mojando la oreja' en su propio equipo y cómo Ferrari se convertía en una amenaza cada vez más real. Aunque nada había decidido parecía que negros nubarrones se cernían sobre el futuro de Alonso.
Hace ya unos cuantos años, más de los que quisiera reconocer, cuando me incorporé a una empresa del Grupo Telefónica, sentí la necesidad de invertir en mi autoformación en materia de telecomunicaciones. No me parecía que mi formación académica, ni mi experiencia anterior, no específicamente orientadas al sector de las telecomunicaciones, fuesen suficiente bagaje. Sentí la acuciante necesidad de profundizar en la materia. Y así, me dediqué a leer algunos libros sobre la cuestión. Algunos eran flojitos , y otros, como el clásico 'Computer networks' de Tanenbaum, realmente excelentes.
Algunas cosas han cambiado desde entonces. Cuando se compara la tecnología de antaño y la de ahora se comprueba la innegable victoria de la familia TCP/IP sobre los estándares ISO/OSI. Se sienten nuevas presencias como las comunicaciones móviles e inalámbricas, entonces casi únicamente presentidas. Nos admiramos de hasta qué punto se ha exprimido el par de cobre para obtener velocidades inconcebibles en este medio hace unos años. Entristece la decadencia de la entonces orgullosa RDSI de banda ancha sometida al dominio del ADSL en el bucle local. Se evidencia el reinado de Internet...
El outsourcing, como tal vez sepáis, es una práctica empresarial que consiste en que una empresa u organización delega en una tercera la realización de ciertas actividades. Así, por ejemplo, actividades que se confían a terceros son, la limpieza, la reprografía, el mantenimiento del parque informático o, incluso, la gestión completa de los sistemas de información. Las razones que mueven a una empresa a acudir al outsourcing pueden ser diversas: un ahorro de costes, un mayor enfoque en otras actividades de mayor valor, conseguir la colaboración de expertos, etc. En cualquier caso, se supone que lo que nunca se cede en 'outsourcing', lo que nunca se delega, es el denominado 'core business', es decir, aquella parte fundamental de la actividad de la empresa, ahí donde está su mayor valor añadido, su ventaja competitiva, su propia esencia.
Hace unos días se me ocurrió reflexionar sobre el creciente peso de los medios de comunicación en las opiniones de los individuos. Parece que los periódicos, los telediarios, los progamas de radio, modelan de manera notable el estado de opinión de un país.
Aún más llamativo, y puede que más triste, es ver cómo los denominados programas del corazón, incluyendo 'reality shows', o los culebrones, atraen sensibilidades, generan sentimientos, producen expectación. Parece que estamos pendientes de las vidas y sentimientos de personajes famosos, o peor aún, de ficción, más que de los sentimientos y vidas de las personas que nos rodean.
¡ Qué grande es esto de Internet !. No es que nunca lo haya dudado, pero es que cada vez lo percibo más. Desde hace unos meses dedico una cierta cantidad de tiempo todos los días a realizar en casa actividades relacionadas con Internet.
Como nos enseñan las historias de piratas, llegar a conseguir un tesoro requiere, fundamentalmente, tres cosas: tener claro el tesoro que se busca, arrojo y decisión...y un mapa, sobre todo un mapa, el mapa del tesoro.
La cultura en general, y la literatura en particular, son uno de esos tesoros a nuestro alcance, un tesoro que vale la pena buscar con arrojo y decisión. Un tesoro que nos ofrece ideas, sentimientos, creatividad, estímulo, pensamiento, reflexión...y entretenimiento. Un tesoro, desde luego, que vale la pena.
Pero ¿ cómo llegar a él ? ¿ Atenderemos a las listas de 'best-sellers' facilones ? ¿ Buscaremos entre los autores de moda, entre los que aparecen en los medios, o entre los que firman en la feria del libro ? ¿ Seguiremos al irónico y tramposo Jack Sparrow ? Es una vía, desde luego. Y seguro que algún tesoro podemos encontrar así, no lo niego. Pero creo que tenemos una guía mejor. Creo que hemos recibido en herencia un mapa que podemos utilizar.
En escuelas y colegios, en enseñanzas secundarias y bachilleratos, nuestros profesores se esforzaron en contarnos la historia de las artes, el pensamiento y la literatura. Y nosotros, jovenzuelos, les hicimos el caso que les hicimos. Probablemente demasiado jóvenes para apreciarlo, recibimos el mapa del tesoro y lo guardamos en un cajón polvoriento. Nos hablaron de las ánforas griegas y romanas, de algunos escasos ébanos medievales, de brillantes renacentistas, de bronces barrocos y de edades de oro, de rubíes románticos, de marfiles orientales y plata americana, de gastadas monedas acuñadas en el 98 o el 27.
¿ Os ha pasado alguna vez tener que arreglaros inmediatamente después de daros una buena y calentita ducha, teniendo como ayuda un espejo empañado, sumido aún en los vapores del baño ? Uno necesita afeitarse, peinarse, acicalarse. Necesita adecuar su imagen a la convivencia, a las relaciones sociales. Y para esa adecuación de la imagen, necesitamos ver nuestra propia imagen, ver nuestro yo reflejado en el espejo. Pero el espejo empañado no nos permite percibir con claridad esa imagen. Forzamos los ojos y hacemos movimientos varios en busca de la esquina libre de vaho que nos permita vernos tal cual somos y ajustar bien el movimiento del peine o la máquinilla de afeitar.

