domingo, octubre 21, 2007

La mirada triste

Escribo esta entrada unos minutos antes de acudir a la televisión para contemplar el desenlace del campeonato de este año de Fórmula I en el circuito de Interlagos. Y lo hago excitado...pero triste.

La misma tristeza que, tal vez en una interpretación subjetiva, detecto en la mirada de Alonso tomada en los boxes durante la sesión de entrenamientos de ayer.

Hace ya unos años, cuando España obtuvo la medalla de plata en baloncesto en las olimpiadas de Los Ángeles, leí un comentario en una revista deportiva especializada, acerca de la extraña falta de entusiasmo que demostraron los miembros de aquella selección cuando vencieron a Yugoslavia en la semifinal. Y razonaba el autor del artículo que el problema era que sabían que era imposible vencer en la final a la selección de EEUU. Y decía que lo último que se le puede quitar a un deportista es la posibilidad de vencer.

Quizá algo así ocurre con la Fórmula I y con Alonso este año. Tenemos la amarga sensación, a lo mejor exagerada por interés mediático o por exceso de patriotismo, pero difícil de negar, de que el guión de este año marcaba la victoria de Hamilton y la derrota de Alonso, que estaba escrito que Alonso no debía ganar este campeonato. Y lo habían escrito, y eso es lo más triste, desde la FIA y desde el propio equipo McLaren. Y, probablemente hoy, si no hay milagro, se acabe de llevar a la realidad el guión.

Tal vez la mirada de Alonso sea una mirada simplemente seria, o concentrada, o preocupada, pero a mi se me antoja triste. Triste porque, como decía la revista de baloncesto hace ya quince años, hay un deportista, Alonso, al que, al parecer, no le quieren dar, siquiera, la posibilidad de vencer.

Mundo Azul

2 comentarios:

winfried dijo...

Que no gane Hamilton, que no gane Hamilton...

Ignacio G.R: Gavilán dijo...

Winfried,

Al final, para sorpresa general, y pribablemente, vergüenza de McLaren y cabreo de sus patrocinadores, no ganó ni Hamilton ni Alonso, sino Raikkonen.

Miraen el foro, donde lo comento.

Increible.