jueves, diciembre 24, 2009

Y de repente, la Navidad

Y, de repente, llegó la Navidad.

Andaba perdido en esfuerzos y afanes, obsesionado en problemas y resultados, absorbido por mil urgencias y un millón de necesidades...

Apenas reparé en que la ciudad se engalanaba con luces de colores, no oí cantar a los niños de San Ildefonso, no percibí las sonrisas de ilusión infantil y apenas dediqué alguna fugaz mirada al cambio de decoración de mi salón.

Perdido, obsesionado, absorbido, enajenado...

Y de repente, llegó La Navidad.

Recibí un aluvión de felicitaciones, en papel o por correo electrónico... y sentí las primeras vibraciones. No importaba el contenido de la felicitación, sino que alguien, menos abosrbido, se había acordado.

Me relajé, sonreí, las guirnaldas brillaron, compré regalos, pensé en otras personas, empecé a volver a casa...y recordé por qué me gusta la Navidad.

Y así, de repente, esta noche es Nochebuena...y mañana Navidad. Y ahora sí que pienso disfrutar de ello.

Feliz Navidad a todos.

Mundo Azul

2 comentarios:

Lola Mariné dijo...

Bueno, tanto como de repente...
Que llevamos desde finales de octubre con los turrones en las tiendas, jajaja.
Felices Fiestas, Ignacio. Y que en el 2010 se cumplan todos tus deseos.

Ignacio G.R: Gavilán dijo...

Muchas gracias, Lola.

Mis mejores deseos también para ti.

Lo del 'de repente' no es, desde luego, una apreciación objetiva (al gin y al cabo, desde un punto de vista comercial, la Navidad cada vez llega antes) sino una percepción muy, muy subjetiva.