A nadie se le oculta la presencia e importancia creciente de Internet en nuestros días. De una red para estudiosos, se ha convertido en un elemento general de publicación, de publicidad, de comercialización, de relación.
Con la Web 2.0 y la eclosión de las redes sociales, parece que entramos en un mundo universal de relaciones mediadas por la red, un mundo en que llevamos el concepto de 'web' a su verdadera expresión: una telaraña rica y compleja de relaciones entre entidades, sí, pero sobre todo entre personas. Personas que comparten intereses, aficiones, conocimientos, pasiones, creaciones.
Muchas son las razones para ello y no me explayaré. Pero sí quisiera mencionar una que he sentido recientemente. Internet permite a cualquier persona, con muy pocos medios y sin necesidad de pasar por complejas revisiones y aprobaciones, publicar contenidos, pensamientos, obras artísticas o programas 'freeware'.
Hace unos días publiqué en el apartado de microensayos el titulado 'La máquina de medir poesía'. No me voy a extender sobre su contenido: vosotros mismos lo podéis leer. Si lo hacéis, podréis comprobar que yo mismo me autocritico en una segunda parte, que hay elementos no contrastados, que hay puntos por cerrar. Sin embargo, me ha parecido enriquecedor para mí y para mis posibles visitantes el hacerlo público.
Sin comparo esta situación en un entorno diferente de Internet pienso que no lo publicaría. No me atrevería a hacerlo, ni me lo admitirían, en una revista profesional o científica dedicada a tecnologías de la información. Mucho menos me lo admitirían en una revista literaria. Y si me lo admitiesen, debería pasar por un largo ciclo de revisiones, correcciones, retoques, etc. El resultado podría ser más riguroso, no cabe duda, pero lo más probable es que, ante la magnitud del esfuerzo, ante la improbabilidad del éxito, la idea se hubiera quedado en mi cabeza, durante unos días...para desaparecer en las nieblas del olvido.
Creo que esta situación es corriente en Internet. La red es un hervidero de ideas, de expresiones de todo tipo que difícilmente resistirían los filtros habituales de la publicación en medios tradicionales. Sin embargo, en Internet, libres de revisiones y censuras, con el beneficio de la inmediatez, esta innovación incipiente, estas ideas en fase de elaboración, estas obras literarias o artísticas de aprendices, este, en definitiva, 'conocimiento en construcción' puebla la red, alimenta las mentes, fomenta la creatividad y el intercambio y acelera nuestro ritmo de crecimiento intelectual como sociedad.
Es la fuerza de la interacción, es el impulso de la libertad creadora, la fuerza desatada de miles, de millones de mentes pensantes.
Es el poder del conocimiento 'en construcción'.
Mundo Azul
Book trailer de "Sombra de mi sombra"
Hace 3 meses
2 comentarios:
Yo por estos lares he estado aprendiendo, custumbres, expresiones y reacciones espanolas/europeas que hubieran sido dificiles sin la red, de haberlas conocido. Es una de las razones que me gusta tanto entrar en tu website y interactuar en los foros y los blogs y leer tus microrrelatos y poemas.
Y aparte de aprender, también aportas tu visión y conocimientos.
De eso se trata.
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